¿Qué patologías puede sufrir la piel del bebé? Descubre algunas de ellas

Cuidar piel recien nacido
La piel de tu bebé es más delicada que la de un adulto. Estas son algunas de las patologías que puede sufrir la piel de tu recién nacido.

Cuando un niño nace, su piel en cuanto a función y estructura, es parecida a la de un adulto, pero al ser inmadura tiene algunas características diferentes:

  • Es mucho más fina, pudiendo llegar a ser un 30% más delgada que la del adulto, lo que la hace más delicada y sensible a los golpes, las irritaciones, etc.
  • El pH es neutro comparado con el pH ligeramente ácido del adulto.
  • La capacidad de regulación de la temperatura no está aún bien desarrollada, por lo que son más sensibles a los cambios de temperatura.
  • La producción de melanina es menor que en el adulto, no llega a la cantidad necesaria de melanina para protegerse adecuadamente del sol, por eso debe evitarse la exposición directa.
  • Al nacer tienen aumentada la producción de sebo por la existencia de actividad hormonal recibida de la madre, pero a partir de los dos meses el sebo se reduce mucho y su piel tiene un menor contenido de ácidos grasos que la del adulto.
  • Permite una entrada y salida de agua mucho mayor que la piel adulta.
  • La microbiota cutánea (también conocido como microbioma), el conjunto de microorganismos vivos que se encuentran en la piel, aun no ha madurado.

Todas estas características se van “normalizando” poco a poco según el bebé se va haciendo mayor.

Patologías de la piel más frecuentes en los bebés

Dermatitis atópica

Se trata de una enfermedad inflamatoria crónica que aparece en brotes intermitentes con lesiones eccematosas y afecta a entre un 10% y un 20% de los bebés.

Aparece normalmente entre el segundo y el tercer mes de vida, afectando sobre todo en la cara, el cuello y en las extremidades.

No tiene una causa concreta si no que el origen de esta patología incluye diferentes factores: genéticos, inmunológicos, alérgicos… También se produce una alteración de los lípidos (principalmente las ceramidas) y de la proteína filagrina de la piel que hacen que la función barrera de la piel en dermatitis atópica se encuentre alterada.

La piel está muy seca, con placas rojas con una superficie rugosa que produce muchísimo picor, llegando a impedir el descanso del bebé y el de los padres.

Urticaria del recién nacido

También llamado eritema tóxico del recién nacido es una erupción de origen desconocido que se presenta entre un 30 y un 50 % de los recién nacidos.

Aparece en los primeros días de vida con pequeñas lesiones en el tronco principalmente, aunque puede afectar a todo el cuerpo. Desaparecen en pocas horas.

Costra láctea

También se llama dermatitis seborreica infantil y es una patología inflamatoria muy frecuente en las primeras semanas de un bebé debido a la excesiva producción de las glándulas sebáceas por parte de las hormonas maternas.

Consiste en la aparición de enrojecimiento y escamas amarillas en el cuero cabelludo, las cejas y las mejillas. Puede extenderse en algunos casos a los pliegues de brazos y piernas. No causa dolor ni picor y desaparece por si sola a las pocas semanas.

Aunque no requiere tratamiento puede recomendarse el uso de un champú extrasuave y emoliente específico para la higiene, cuidado y protección del cabello y cuero cabelludo.

Acné neonatal

Se manifiesta durante el primer mes con la aparición de granitos rojos, algunos con cabeza blanca similares a los del acné adolescente, en frente, barbilla y mejillas de los bebés, debido a la actividad de las hormonas recibidas de la madre.

Desaparece por si solo en unos días o semanas.

Dermatitis del pañal

La dermatitis del pañal es común en bebés de entre 4 a 15 meses de edad. Es la irritación, inflamación y enrojecimiento que se produce en la zona del pañal debido al contacto prolongado de la piel del bebé con orina y heces. La urea de la orina se transforma en amoniaco que irrita la piel, el exceso de humedad también colabora a esa irritación, así como los cambios en las heces que se producen con los cambios de alimentación y la salida de los dientes.

¡Ahora solo queda disfrutar de tu pequeño!