¿Qué producto proporciona la mejor protección para tu piel atópica este verano?

La piel es el órgano más extenso de nuestro cuerpo y cuando funciona adecuadamente y está sana, cumple algunas funciones muy importantes: defensiva, transmisión de información, metabólica, intercambio y homeostasis, estética, etc.

Cuando la estructura de la piel se ve alterada, pueden darse picores en la piel o enfermedades como la dermatitis atópica.

Piel normal vs piel atópica

La atopia es una enfermedad de carácter hereditario en la que existe una excesiva reactividad a condiciones o sustancias que no afectarían habitualmente a una piel sana. Esta enfermedad se manifiesta a nivel cutáneo en la aparición de la llamada dermatitis atópica, eccema atópico o piel atópica.

La piel atópica tiene alterada su estructura, de manera que no realiza correctamente la función de barrera protectora, es mucho más permeable y permite el paso de sustancias que no lo harían en una piel normal.

Como el sistema inmunitario de los atópicos es hipersensible, su organismo reacciona más ante el paso de estas sustancias al interior, dando lugar a la inflamación, el picor, el enrojecimiento y el resto de los síntomas que aparecen en la dermatitis atópica. 

Otra diferencia entre una piel normal y una atópica reside en que esta última tiene un desequilibrio en la microbiota, es decir, que son diferentes la variedad y la cantidad de los microorganismos que viven en ella.

El verano: uno de los enemigos de la piel atópica

En verano están presentes una serie de factores que pueden empeorar el estado de tu piel atópica y dar lugar a la aparición de un brote de dermatitis. Algunos de estos factores son:

  • El sol: en algunos casos una exposición solar controlada puede suponer una mejoría, pero en muchos otros la sequedad y el efecto irritante de los rayos solares pueden dar lugar a la aparición de un brote.
  • El calor: el calor y el sudor producen un efecto irritante en la piel de las personas con dermatitis atópica. Además las altas temperaturas causan una mayor sequedad en la piel, incrementando el picor y el rascado.
  • Los efectos del aire acondicionado: el abuso del aire acondicionado seca el ambiente, aumentando la sequedad en la piel. También afectan los cambios bruscos de temperatura.
  • Los baños prolongados: el contacto prolongado con el agua también resulta una fuente de irritación para las pieles con dermatitis atópica. Además, es habitual que tras estos baños, no se aplique una crema o loción hidratante adecuada, como sería lo aconsejable.
  • El cloro: el cloro de las piscinas es un agente externo altamente irritante para las pieles delicadas, por lo que es recomendable un aclarado en la ducha tras el baño en la piscina.
  • La arena: la arena de la playa produce fricción sobre la piel, pudiendo irritarla y ser el origen de un brote.

Qué productos utilizar para proteger la piel atópica en verano

Además de los cuidados diarios habituales con los que debes mimar tu piel –limpieza suave e hidratación y emoliencia-, es importantísimo que durante el verano la protejas frente a los agentes que pueden ser causa de un brote, como los comentados anteriormente. 

Proteger la piel frente a los efectos de la radiación ultravioleta A y B, es básico, no sólo en verano, sino durante todo el año, con un producto que te resulte cómodo de utilizar y que este pensado específicamente para el cuidado de las pieles atópicas.

Si utilizas un producto multiprotector como LetiAT4 Defense estarás proporcionando en un solo gesto, de manera cómoda y sencilla, activos y nutrientes que ayudarán a que tu piel se repare y se proteja mejor de una manera natural. Esta protección no es sólo frente a los efectos del sol, si no que forma una barrera física sobre la piel, un film protector, que impide que la irriten otros agentes como el agua, el cloro o la arena.

Vuelve a disfrutar del verano, sin tener que sufrir las molestias de un brote de dermatitis atópica, protegiendo y cuidando tu piel. ¡Vive el verano, vive tu piel!