Se denominan moléculas precursoras aquellas cuya transformación química resulta en la aparición de otras moléculas distintas.
Un ejemplo es la vitamina A, cuya molécula precursora son los carotenos. A su vez, la vitamina A es la molécula precursora del retinol y el ácido retinoico, que por tanto derivan de ella.
Las moléculas precursoras y las que se derivan de ellas tienen diferentes funciones biológicas, y el déficit o exceso de unas u otras pueden tener diferentes repercusiones en el organismo.