Principales síntomas de la cuperosis

La cuperosis es un problema dermatólogico que se caracteriza por rojeces en la piel del rostro. ¿Cuáles son sus síntomas? ¿Cómo tratarla? Te lo contamos.

La cuperosis es un problema dermatológico frecuente que suele aparecer a partir de la tercera década de la vida. 

Se caracteriza por el eritema o rojez en la región central de la cara, y es más frecuente en mujeres que en hombres, sobre todo aquellas con la tez clara y sensible.

Qué es la cuperosis y por qué aparece 

La cuperosis se caracteriza por el eritema o rojez en las mejillas, el dorso de la nariz y el mentón. 

Se produce por una alteración de los vasos de la piel de cara, que están anormalmente dilatados y pierden su elasticidad, por lo que no se pueden contraer con normalidad. Con el tiempo, la dilatación es irreversible y los vasos se pueden ver a través de la piel como pequeños hilos o filamentos denominados telangiectasias.

La causa de la cuperosis no es bien conocida. Las teorías científicas más modernas apuntan a un ácaro o microbio llamado Demodex que todos tenemos en la piel y que en determinadas circunstancias desencadena la liberación de sustancias inflamatorias que alteran la microvasculatura de la piel facial.

Cómo saber si tengo cuperosis

Las características típicas de la cuperosis son las siguientes:

  • Rojez permanente de intensidad fluctuante en la piel de la cara, fundamentalmente en las mejillas y en el dorso de la nariz. A veces también puede afectarse la zona entre las cejas y la zona de la barbilla. Generalmente se va intensificando con el paso del tiempo.
  • Telangiectasias o filamentos rojos producidos por el aumento del diámetro de los vasos de sangre.

Es típico que las personas con cuperosis se pongan muy rojas cuando comen alimentos picantes, al beber alcohol, cuando existen cambios importantes de temperatura o si se ponen al sol, ya que todas estas circunstancias aumentan la cantidad de sangre en los vasos de la piel y acentúan la rojez. 

Cuperosis, eritrosis y rosácea

A menudo utilizamos los términos eritrosis, cuperosis y rosácea de manera indistinta porque tienen el mismo denominador común: rojez en la piel de la cara. Sin embargo, existen algunas diferencias entre los tres conceptos

Si comparamos la eritrosis y cuperosis, en la primera, la rojez es intermitente, es decir, puede aparecer y desaparecer. Es típica de las personas de tez blanca y con la piel sensible. En la cuperosis la rojez es permanente (aunque su intensidad puede fluctuar), y con frecuencia se acompaña de telangiectasias.

La rosácea es una entidad dermatológica donde además de la rojez en la piel hay un trasfondo inflamatorio característico y se puede presentar también con lesiones inflamadas consistentes en granos rojos y de pus.

Cómo debo tratar mi cuperosis

A algunas personas la cuperosis no les produce ninguna molestia, pero a otras les provoca una incómoda sensación de calor, picor y escozor. En otros casos, la rojez facial es un problema meramente estético que preocupa mucho a quien lo padece. 

El tratamiento de las rojeces de la cara puede ser complicado, porque es difícil disminuir el número de vasos de sangre en la piel, reducir su tamaño y evitar la reactividad que les hace llenarse de sangre. 

Estos son algunos cuidados de mantenimiento recomendables en personas con cuperosis:

  • Evitar cambios bruscos de temperatura, beber alcohol o comer alimentos picantes o muy calientes. El aumento de flujo sanguíneo reiterado puede empeorar la dilatación vascular.
  • Emplear productos de limpieza facial y desmaquillantes adecuados (por ejemplo, agua micelar)
  • Hidratar diariamente la piel con cremas hidratantes especiales para pieles sensibles y con tendencia a las rojeces. Estas cremas refuerzan la pared de los vasos sanguíneos, alivian los síntomas de picor, quemazón y escozor, y ayudan a disimular las rojeces.
  • No aplicar exfoliantes o productos antiageing que puedan irritar la piel
  • Usar un fotoprotector facial con factor de protección media-alta y de consistencia fluida

Si aparecen lesiones inflamadas será preciso realizar un tratamiento antiinflamatorio adecuado. Tu médico te dirá cuál es la mejor opción en tu caso.