SOL Y CÁNCER DE PIEL. ¿CUÁL ES EL MEJOR PROTECTOR?

sol y cancer
Empieza a hacer sol y muchos no sabemos cuál es el mejor protector para protegernos de las radiaciones solares.

El cáncer de piel es el tipo más frecuente de cáncer, y probablemente también el más fácil de prevenir, ya que la exposición solar es el factor de riesgo más importante.

La asociación entre sol y cáncer de piel es evidente tanto si se trata de una exposición moderada, como si se trata de exposiciones solares intensas.

La quemadura solar, por tanto, no es el único daño que tenemos que prevenir, sino también el efecto acumulativo del sol.

¿Cómo elijo el mejor fotoprotector?

Los aspectos fundamentales que definen la eficacia de la crema protectora del sol son: el nivel de protección (lo que denominamos el índice de protección solar), el espectro de las radiaciones que cubre y la manera en que nos la aplicamos.

El fotoprotector óptimo debe tener tener un índice de protección solar mínimo de 30. Por debajo de esa cifra, la protección puede ser  insuficiente.

Recuerda que el índice de protección solar (IPS) no es una medida de tiempo, sino una medida de la fracción de radiación ultravioleta capaz de quemar la piel. Es decir, un IPS de 30 no significa que podamos estar un tiempo 30 veces mayor al sol, sino que la radiación que alcanza la piel durante un periodo concreto de tiempo será 1/30 de lo que la alcanzaría sin protector solar.

Es importante elegir la textura adecuada para cada tipo de piel, debe ser fluida u oil-free si tienes la piel grasa, o de textura más compacta, si tienes la piel seca.

¿Cuál es la manera adecuada de aplicarse el fotoprotector?

Para que la crema protectora del sol sea efectiva, necesitamos aplicar en cantidad suficiente, en todas las zonas expuestas por el sol y repetir la aplicación periódicamente. 

La Academia Americana de Dermatología considera que el volumen aproximado de fotoprotección necesario para cubrir el cuerpo de una persona adulta es el volumen de crema contenido un vaso de licor “de tipo chupito”. En general, todos tendemos a aplicar menos cantidad de la necesaria, y eso disminuye la eficacia de la protección. 

No hay que olvidar aplicar el fotoprotector en la parte posterior del cuello, las orejas, y el dorso de los pies. Los labios, en particular el labio inferior, reciben mucha radiación solar y precisan una protección específica con barras labiales que lleven agentes protectores del sol.

Es necesario aplicar periódicamente la crema protectora, sobre todo después de bañarnos o hacer ejercicio, porque el agua y el sudor van eliminado la crema. Las cremas que son resistentes al agua son algo más duraderas, pero también deben aplicarse en repetidas ocasiones a lo largo del día.

La estrategia más eficaz y duradera para protegernos de la radiación solar, es la modificación de nuestros hábitos, acostumbrándonos a usar fotoprotector solar de manera adecuada y rutinaria, a utilizar barreras físicas como gorras, sombreros, sombrillas y evitar la exposición solar directa en las horas centrales del día.